miércoles, 20 de agosto de 2014

Cuando por fin llega tu momento

El miedo a lo desconocido, a nuevas culturas, a visitar zonas remotas, no hace más que acentuar nuestra pequeñez humana y volvernos egocéntricos. Siempre he procurado combatir mis miedos para evitar caer en la mediocridad de quienes no van más allá. Por eso, desde hace varios años, decidí formarme para poder ser útil en Cruz Roja participando en alguna misión internacional. Creo en la cooperación internacional y en una ayuda humanitaria eficaz prestada de forma inmediata y profesional, y siempre he pensado que yo podría tener un hueco donde ofrecer mis conocimientos y conseguir algún pequeño cambio que marque la diferencia en la vida de alguna persona.

África siempre ha estado y está en mente, de una forma romántica, destacando en mis sueños a sus grandes mamíferos, la mirada intensa de los rostros de su gente, y la cultura y artes tradicionales. Por eso siempre he pensado que mi destino sería ese, y que mi primer contacto internacional sería en algún país de nuestro continente vecino.­

No sin algo de miedo y cierta incertidumbre dije que sí, de forma inmediata, a la propuesta que recibí en mayo por parte de Cruz Roja para visitar, como delegada de información, Indonesia con un equipo de profesionales de RTVE. No era África, pero había llegado mi momento, mi oportunidad. Eso era lo importante. Con este viaje conseguiríamos imágenes, testimonios y grabaciones para reflejar lo que supuso para las personas afectadas el tsunami de 2004 y cómo Cruz Roja Española acudió en su ayuda y ha permanecido ahí hasta hoy, casi ­­10 años después.

Una misión importante, necesaria para rendir cuentas, bonita y cargada de emociones que me transportarían 10 años atrás a la tragedia del maremoto que asoló el sudeste asiático y escuchar en primera persona los testimonios de aquellos que sobrevivieron, que perdieron todo, que despertaron... y comprobar que la reconstrucción ha sido efectiva, responsable y acorde a las necesidades de los afectados.

Cuando bajas la guardia y piensas que no va a llegar nunca tu momento, el destino te sorprende y te ofrece la oportunidad que estabas esperando. Nos ha pasado a todos en cualquier ámbito de la vida, ¿cierto? Mantengamos la esperanza y busquemos nuestra propia suerte, está ahí esperándonos y sólo tenemos que poner de nuestra parte.

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